Synergein project
Sinergia es un término de origen griego, “synergía”, que significa “trabajando en conjunto”. San Pablo en sus epístolas fue el primero que utilizó este concepto aludiendo al resultado del trabajo entre el hombre y Dios.
En 1925, el biólogo alemán Ludwig Von Bertanlanffy fue el primero que usó la sinergia en un ámbito no teológico con la teoría general de sistemas. Esta teoría explicaba un sistema que consiste básicamente en un conjunto de elementos que se relacionan entre sí con el fin de lograr uno o más objetivos.
En Synergein Project, la sinergia es la combinación de capacidades y habilidades de sus integrantes (Sisco Aparici, Juanjo Llopico, Marc Moreno, Luís Azcona e Iván Ferrer) desde su fundación en 2014.
Su labor se basa en un trabajo microscópico del tratamiento del sonido a través de procesos analíticos mediante técnicas nuevas, modificación de instrumentos y construcción de nuevos objetos sonoros, así como también, un replanteamiento de las técnicas clásicas revisándolas y catalogándolas en función del resultado con su multitud de variantes posibles. Todo ello a través de un estrecho trabajo con compositores.
Su repertorio se centra en el siglo XXI y la segunda mitad del siglo XX, manteniendo un fuerte compromiso con la creación artística musical con un gran número de encargos a compositores de renombre internacional como por ejemplo Pierluigi Billone, José Luis Torá, Hugo Morales, Javier Quislant, Voro García, Adrian Borredá, Clara Olivares, Carlos Fontcuberta, etc.
SYNERGEIN Project con su actividad, reclama el roll que tuvo la formación del ensemble de percusión en el siglo XX para el siglo XXI, como redefinidor de un nuevo concepto del instrumento de percusión y del ensemble de percusión como vehículo conductor a nuevos entes sonoros.
Una de estas acciones es la secuencia de grabaciones llamada RESISTÈNCIA SΩNΩRA que lanzó en el año 2021 con el CD “RECONSTRUCCIÓN DEL CORTE” y “ELOGIO DE LA LOCURA”, la segunda RESISTÈNCIA SΩNΩRA. Esta serie de grabaciones tiene como objetivo oponer resistencia al tiempo, registrando aquellas obras que comisiona y/o aquellas obras nunca grabadas o importantes en su trayectoria.
NOTAS AL PROGRAMA
Rebonds fue escrita para el percusionista Sylvio Gualda, a quien Xenakis también había dedicado otras composiciones de cámara, como Komboï. Posteriormente fue publicada por Éditions Salabert, en una edición revisada por Patrick Butin.
Muchos elementos de esta obra, como las ideas de indeterminación y el hecho de que la pieza suene como si tocara más de una persona, crean un nuevo sonido para los percusionistas solistas.
La obra consta de dos movimientos independientes, denominados A y B. El primer movimiento utiliza sólo pieles, con dos bongos, tres tom-toms y dos bombos. El segundo movimiento, en cambio, utiliza dos bongos, una tumba, un tom-tom, un bombo y un conjunto de cinco bloques o listones de madera.
Rebonds ha sido muy bien acogido por la crítica y los músicos. Jacques Longchamp la calificó de “inmenso ritual abstracto, una suite de movimientos y de martilleos sin ninguna “contaminación” folclorista, música pura llena de ritmos maravillosamente eflorescentes, que va más allá del drama y la tempestad. Una nueva obra maestra”.
El exterminador (1983) para multipercusión. Ramón Ramos compuso El exterminador para un solo percusionista al poco de volver de Alemania, donde estuvo formándose con Günther Becker en composición y electrónica. Vive durante una década en Robert Schumann-Institut. Está dedicada al percusionista alemán Christian Roderburg. En 1987 fue su estreno en España, en el IX Festival Ensems, interpretada por Joan Cerveró.
Ramón Ramos deja constancia en la partitura de donde proviene su inspiración, puesto que la partitura contiene el versículo del Apocalipsis (Ap. 11:18) que dice: “…y tu ira ha venido y el tiempo… de destruir a quienes destruyeron la tierra.” El versículo no está completo. El compositor selecciona aquellas frases que religan con la idea descriptiva que hay detrás del lenguaje musical utilizado. Estructurada en tres secciones (A-B-A), el set de 26 instrumentos, entre membranófonos e idiófonos, tratan de transmitir la descripción de la acción del personaje (El exterminador). Afirma Héctor Oltra que
El exterminador es una obra “típicamente ramosiana, tanto en su temática como en su acción, muy técnica y exigente para el intérprete, cargada de una gran riqueza tímbrica a la vez que de una extraordinaria fuerza”, una descripción que se ajusta completamente al resultado de la obra.
Tratado de la locura (1998) de Ramón Ramos para un percusionista solista con acompañamiento de tres percusionistas escritas durante la etapa de madurez y consagración del compositor.
El propio autor escribió para las notas al programa de su estreno, el 12 de marzo de 1998 en el Palau de la Música de Valencia que “probablemente el Tratado de la locura sea un sueño desasosegado en el que hay conatos de locura, abismos de amenazas, de sueños inconsumados e impulsos conflictivos de la destrucción de la razón y la búsqueda constante de una visión parcialmente desenmascarada en algunas secciones de la composición (en los «remedios (vals) para la locura»)el tema tratado en la obra está siempre concebido como un diálogo psicológico individual entendido a través de una sensibilidad profundamente alucinada e histérica, pero siempre profunda, penetrante y real”.
Reflejando esta lucha interior la pieza plantea una oposición entre la razón y el orden mostrados por las líneas melódicas interpretadas por los tres percusionistas y el carácter brutal, virtuoso y dramático de la parte del percusionista solista. A nivel instrumental también se evidencia este contraste entre la utilización de instrumentos de afinación determinada (vibráfonos, marimbas, botellas afinadas, voz) por parte de los percusionistas acompañantes y el uso de instrumentos de sonido indeterminado (tambores de madera, talking-drum, waterphone) del set-up del solista, formando un despliegue tímbrico muy intenso y heterogéneo.